La mayoría de los países
de la región violan sus compromisos de prohibir la publicidad y
hasta de vetar el hábito en hospitales o escuelas.
Eliminar la publicidad e
imponer fuertes cargas fiscales a la industria son las mejores formas
de abatir el consumo, recomienda la Organización Mundial de la Salud
(OMS) en su Informe sobre la Epidemia Mundial del Tabaco 2008.
En base a datos aportados
por más de 150 países, el documento indica que los ingresos
fiscales por ventas de tabaco en el mundo superan en 500 veces los
gastos ejecutados en programas de lucha contra la adicción, causante
de enfermedades mortales.
Estudios obtenidos por
corresponsales de Tierramérica y estadísticas de la OMS indican que
Venezuela y Brasil tienen los presupuestos nacionales más altos para
el control del tabaco, con alrededor de 4,6 millones de dólares
anuales cada uno, mientras el menor corresponde a Paraguay, con
apenas 33.830 dólares.
Venezuela recauda por
impuestos a tabacaleras 634 millones de dólares anuales y Brasil
unos 1.100 millones. En el caso de Paraguay ese rubro es de 12
millones.
En Chile, uno de los
líderes latinoamericanos en controles y vedas al consumo, el
presupuesto para combatir el tabaquismo bordea el millón de dólares,
mientras el fisco percibe 1.170 millones en impuestos al sector y las
consecuencias sanitarias le cuestan al Estado 1.140 millones de
dólares anuales.
En el equipo de los más
permisivos, Argentina recauda 1.450 millones de dólares, unos 550
millones más de lo asignado a su programa de control del tabaco. A
diferencia de sus vecinos, ese país no tiene todavía una ley
nacional en la materia, mientras los daños a la salud de los
habitantes causan gastos de 2.200 millones de dólares.
Mario Virgolini,
coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco del
Ministerio de Salud de Argentina, dijo a Tierramérica que la
diferencia entre lo que se recauda y lo que se gasta para enfrentar
los efectos dañinos del tabaco "marca claramente que resulta
más caro a la sociedad atender la enfermedad que evitar el consumo".
"El mayor costo, que
es invalorable, es el de las 40.000 muertes al año producidas por el
tabaco" en ese país, señaló.
Uruguay ha sido
reconocido por la OMS como primer país de las Américas y tercero
del mundo en instaurar, en 2006, una prohibición de fumar en
recintos cerrados y áreas laborales, sin excepciones.
Para Luz Reynales, jefa
del Departamento de Investigación sobre Tabaco del Instituto
Nacional de Salud Pública de México, los países deberían ser "más
fuertes" en materia fiscal ante las tabacaleras.
"Se requieren tasas
más altas para obtener recursos suficientes para atacar la
epidemia", declaró Reynales a Tierramérica.
México obtiene de los
impuestos al tabaco 2.000 millones de dólares anuales, pero gasta
3.000 millones en programas de prevención y en atender a quienes
enferman.
El impuesto como
porcentaje del precio de venta de los cigarrillos varía en la región
entre 70 por ciento que aplican Uruguay y Venezuela y dos por ciento
de San Vicente y las Granadinas.
La OMS calcula que un
incremento adicional de 10 por ciento en los precios puede hacer
descender el consumo en cuatro por ciento. Si ese aumento llegara a
70 por ciento evitaría una cuarta parte de las 5,4 millones de
muertes anuales asociadas al hábito de fumar en el mundo.
Gran parte de los países
de América Latina han ratificado el Convenio Marco de la OMS para el
Control del Tabaco, en vigor desde febrero de 2005.
Ese instrumento prohíbe
la publicidad y el patrocinio de marcas de cigarrillos a cualquier
tipo de actividad, además de desalentar la interferencia de la
industria en políticas de salud pública, prohibir el contacto de
las tabacaleras con los jóvenes y establecer espacios públicos
libres de humo.
Sin embargo, el informe
2008 de la OMS da cuenta de que en el continente americano hay un
marcado incumplimiento.
De los 35 países de la
región analizados por la OMS, apenas nueve vedan la publicidad de
tabaco en radio y televisión abierta y sólo tres (Bahamas, Brasil y
Chile) en los diarios y revistas nacionales.
El estudio no considera
que Uruguay adoptó en marzo la prohibición de publicidad en los
medios de comunicación, excepto en Internet.
En los portales de
Internet locales, la publicidad está prohibida en Brasil y Chile,
mientras que la colocación de carteles en la vía pública está
vedada en Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Uruguay y Venezuela.
Con excepción de
Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Guatemala, Uruguay y Venezuela, en
los demás países está permitida la distribución de publicidad por
correo y otros medios. Sólo Chile y Uruguay impiden que en programas
de televisión y cine aparezcan imágenes referentes a las marcas de
tabaco.
Únicamente Bahamas,
Brasil, Canadá, Chile y Uruguay prohíben que las empresas
tabacaleras patrocinen acontecimientos públicos.
La libertad de fumar en
hospitales y centros educativos rige aún en 21 países, mientras que
en 26 no hay regulaciones contra ese hábito para el caso de los
edificios estatales.
El Sistema Panamericano
de Información en Línea de Tabaco, de la Organización Panamericana
de la Salud, reporta que la industria mantiene la práctica de
ofrecer cigarrillos gratis a los estudiantes.
En 2003 casi 11 por
ciento de los jóvenes argentinos reconocieron haber recibido
cigarrillos por esa vía. En Chile el porcentaje fue de 8,6, y en
Ecuador de 11 por ciento en 2001, indica el sistema.
En México, 10 por ciento
de los jóvenes reportaron el reparto gratuito durante 2005 y, en
Brasil fueron 7,8 por ciento, en 2006.
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