Mañana 2 de noviembre se conmemora el también llamado día de los muertos cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal. Durante este día lo tradicional es la realización de misas, vigilias y la colocación de arreglos florales en las tumbas, la comida también forma parte de la celebración con las guaguas de pan, colada morada y una diversidad de platos.
La tradición indígena creía en la vida después de la muerte pero no sólo en el sentido espiritual sino en un sentido también material, motivo por el cuál los difuntos eran enterrados con sus pertenencias que serían útiles para la nueva vida a la que pasaban. Una de las tradiciones del ritual funerario de los indígenas era la de alimentar a los muertos. Luego de la velación que duraba cinco días, los indígenas acostumbraban llevar ofrendas de comida a las tumbas de sus seres queridos para conmemorarlos y como una forma de ayudarlos a seguir en su nueva vida.
Originalmente, se dice que realizaban muñecas con una masa que contenía harina de maíz, zapallo, miel y cera de abeja. Las muñecas o mejor conocidas como Guaguas tradicionales, tenían sus extremidades superiores sujetando roscas decorativas y en lugar de extremidades inferiores tenían terminaciones en punta. Este tipo de muñeca es conocida como “guagua con rosca” o “muñeca rabo”.
Además de las Guaguas de Pan, los indígenas en sus rituales funerarios tradicionales preparaban una especie de colada muy espesa llamada Uchucuta que consistía en la mezcla de harina de maíz, papa, fréjol, arveja, col y achiote. Posteriormente se fabrica la colada morada que se convirtió en el acompañante principal de las Guaguas de Pan. Esta colada muestra sin duda la fusión del ritual indígena con el católico ya que el color morado tiene un significado de muerte y luto en la iconografía católica lo que resultó perfecto para la celebración de la fiesta de los difuntos y a la vez para remplazar la Uchucuta indígena.
El rito no solo cambia en la añadidura de esta bebida, sino que también se cambia la constitución de la decorativa de la guagua de pan. Se comienza a utilizar colorantes vegetales mezclados con la masa volviendo más vistosos a los detalles antes monocromos y que en un inicio fueron netamente típicos indígenas.
Hasta la actualidad vemos en el mundo indígena, algunos entierros que incluyen ofrendas de comida y bebida. Sin embargo esta es una tradición que ha ido mutando. Antiguamente los indígenas debían realizar estas ofrendas de comida como una obligación ya que se pensaba que los muertos necesitaban alimentarse, pero con la influencia de la religión católica se sustituyó esta costumbre por el ritual de orar por el difunto. Se creo el personaje conocido como “rezadora” quien rezaba por el alma del difunto y a cambio recibía comida lo cual remplazaba la tradición de las ofrendas. En otras ocasiones las familias van al cementerio, a honrar a sus difuntos, llevando una gran cantidad de comida, la misma que ya no se espera sea el alimento del difunto, sino que es compartida entre las gente que asista.
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