Carlos Velasco vicepresidente de la Comisión Permanente del Derecho a la Salud en su intervención del primer debate del proyecto de Ley para el Equilibrio de las Finanzas Públicas destacó varios elementos.
Mencionó que la ley establece un proceso de redistribución que tiene que ver con una acción económica sanitaria que permita bajar los niveles de consumo y adicción mediante el aumento del costo de los cigarrillos y el alcohol. En el caso del tabaco la normativa pretende un impuesto de dos centavos por unidad, medida que se aproxima a lo sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que el 75% del valor de un paquete corresponda a gravámenes. Así lo dice el informe Epidemia mundial del tabaco 2015.
Según Velasco,
el
discurso de los sectores de oposición sobre los efectos que se
pueden generar por el alza de impuestos, como el contrabando, la
afectación a los tenderos, es un discurso perverso manejado por la
transnacional tabacalera Philp Morris, que en un documento público
del año 1985 mencionaba que de todas las preocupaciones, el alza de
impuestos es el que merece toda la atención porque puede aniquilar
el consumo de tabaco. Estos son los miedos que las tabacaleras
intentan instaurar para que los estados no hagan nada contra el
tabaco.
En el caso del alcohol se maneja una lógica parecida a la del tabaco; el licor tiene las tazas más altas de consumo en el Ecuador, la única medida para evitar el consumo es el impuesto directo, dijo Velasco.
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