de
salud lleva intrínseco el lema, más salud y menos
enfermos
en los hospitales”
Plutarco
Naranjo
La noche del viernes 27 de abril,
Ecuador perdió a Plutarco Naranjo Vargas, reconocido médico
alergólogo, catedrático, científico. Fue miembro de la
Academia Ecuatoriana de Medicina, profesor fundador de la
Universidad Andina Simón Bolívar, ahí dirigió por muchos años el
Área de Salud e impartió sus conocimientos en etnomedicina.
Para mí: un gran maestro que alimentó
mis conocimiento en salud pública, pero también un gran amigo que
tuvo el carácter de crear objetivos universales para la salud en el
Ecuador. Estuvo hasta no mucho, apoyando en la elaboración de la Ley
para la Regulación y Control del Tabaco, y la Ley de Donación y
Trasplante de Órganos. Ahora otra vez, y aunque ya no esté para
escucharme , le expreso mi agradecimiento más sentido por
todos sus conocimientos brindados.
A él, al que muchos
considerarán el Eugenio Espejo moderno, le debe mucho
nuestro país.
Vida y Obra
Fue miembro de la Academia de Ciencias
de Nueva York, miembro de academias de Medicina y de Ciencia de
varios países.
Publicó más de 40 obras de su
autoría, 59 como coautor en libros en varios idiomas, más de 300
estudios, opúsculos y artículos en revistas latinoamericanas,
norteamericanas y europeas, y ha sido columnista en periódicos
nacionales por más de 60 años.
Nació en 1921 en Ambato. Fue Doctor
Honoris Causa por la Universidad Andina Simón Bolívar y Profesor
Emérito de la Sede Ecuador de esta casa de estudios; Doctor Honoris
Causa por la Universidad Alfredo Pérez Guerrero; director honorario
vitalicio de la Academia Ecuatoriana de Historia y miembro
correspondiente de la Real Academia de Historia (España); miembro de
número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y miembro
correspondiente de la Real Academia (España). Entre otras altas
dignidades, se desempeño como Ministro de Salud Pública, director
general de los Servicios Médicos del Instituto Ecuatoriano de
Seguridad Social, presidente del Comité Ejecutivo de la Organización
Panamericana de la Salud y presidente de la XLIII Asamblea Mundial de
la Salud. En el ámbito académico cumplió funciones como Presidente
de la Academia Ecuatoriana de Medicina, Presidente de la Asociación
Latinoamericana de Academias de Medicina, miembro de la Academia de
Ciencias de Nueva York, miembro de academias de Medicina y de Ciencia
de varios países.
Entre sus premios y condecoraciones
destacan el Premio Universidad Central por obras de investigación
científica (en cuatro ocasiones); condecoraciones de los gobiernos
de Italia (1972); Rumania (1976); y Perú (1990); el Premio Nacional
de Ciencias; el Premio Isabel Tobar Guarderas, del Municipio de Quito
(1977); el Premio Nacional Eugenio Espejo, concedido por el gobierno
ecuatoriano (1987); el Premio Abraham Horowitz a la excelencia en
liderazgo en la salud pública interamericana, de la Organización
Panamericana de la Salud y la Fundación Panamericana de la Salud y
Educación (1993); la Condecoración al Mérito en el Grado de Gran
Cruz, del Convenio Andino Hipólito Unanue (1993), y la Condecoración
“Héroe de la Salud Pública” de la OPS/OMS (2001).

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