![]() |
| General Julio Andrade |
Entre algunos cargos que ocupó Julio Andrade esta el que por designación del General Eloy Alfaro lo convirtió en Ministro Plenipotenciario de la República de
Ecuador en la república de Colombia.
Fue
compañero de Alfaro durante el periodo presidencial. Cuando el 28
de enero del 1912 Alfaro y sus compañeros fueron asesinados en el penal
Gracia Moreno, el General Julio Andrade expresó lo que quizá sea
la grandeza de su humanidad: mi tristeza es inmensa e incurable. Mi
alma está limpia y clara como la de un niño.
A
100 año de su asesinato es necesario hacer un recuento de su vida y
legado:
"Pero,
a pesar de todo, la única espada sin mancha
del liberalismo fue la
de Julio Andrade"
Carlos
De la Torre Reyes
Julio
Francisco Hilario Andrade Rodríguez nació en la Hacienda
"Gualchán", cerca de la parroquia El Puntal, actual
provincia del Carchi, el 21 de octubre de 1.866. Hijo legítimo de
Rafael Andrade, abnegado e inteligente agricultor, "temperamento
altivo, de ideas sólidas e inamovibles", y de Alegría
Rodríguez.
Raúl
Andrade, sobrino del General Julio Andrade, describe: "Mi
abuelo, barba caudal, a trechos escarchada, anchos hombros, casi dos
metros de altura, con su traje de pana oscura y su poncho de flecos
atirabuzonados... Mi abuela, doña Alegría, corpulenta, garrida -
doce hijos en pie sobre la tierra, con oscura saya ampulosa, sus
macizas trenzas de cobre caídas sobre el busto y su felpuda pañoleta
terciada"
Don
Rafael Andrade era, según algunas fuentes, hijo por varonía de un
Gómez de La Torre.
El
hogar de los Andrade Rodríguez mantuvo costumbres austeras, y en
general, sus miembros siempre reflejaron un profundo sentido moral y
ético.
Cuando
Don Julio contaba tan sólo cuatro años de edad, su familia se
radicó en "La Quinta", propiedad ubicada en las cercanías
de Otavalo, al pie de las montañas de Canbugan y de Mojanda, donde
permanecería durante sus primeros años; ahí "emprendía
cacerías y violentos ejercicios campestres" y asimilaba las
primeras letras de su cuñado Abelardo Moncayo Jijón, que se había
ocultado en "La Quinta" tras su participación en el
trágico asesinato del Dr. Gabriel García Moreno.
Su
educación primaria la cursó en la única escuela particular que
existía en Otavalo, y que estaba dirigida por Don Severo Espinosa.
Luego se trasladó a Ibarra, cursando parte de sus estudios
secundarios en el Colegio Seminario de San Diego y completándolos en
el Colegio San Gabriel de Quito, perteneciente a la Compañía de
Jesús.
Al
incorporarse en Ibarra a las fuerzas del General Landázuri, es
caracterizado de la siguiente forma: "Era un mocetón orgulloso
y altivo, de casi dos metros de estatura, anchos hombros, rostro fino
y aristocrática presencia"; se trataba ésta de una improvisada
División de voluntarios, que se había levantado en armas contra la
dictadura del general Ignacio de Veintemilla, a fines de 1882.
En
enero de 1883, Julio Andrade entró en Quito con los llamados
"Restauradores". Se refiere que aquella noche hizo guardia
de honor frente a la celda donde estaba prisionera la "Generalita"
Marieta de Veintemilla, sobrina del dictador, y organizó en su honor
una apasionada serenata, cantando varias romanzas con una hermosa voz
de barítono. Al día siguiente fue castigado.
En
1884 asume las funciones de prosecretario de la "Sociedad
Liberal del Pichincha" presidida por el Dr. Luis Felipe Borja, y
en el mismo año obtuvo su grado de Bachiller en Filosofía y Letras
en el Colegio San Gabriel. Ingresó a la Facultad de Derecho de la
Universidad Central, donde su profesor, el destacado político Dr.
Carlos R. Tobar comenta de él: "inteligencia brillante y
generoso corazón. Lástima que sea liberal". Contrajo
matrimonio con Elisa Thomas, de tan sólo 14 años de edad y
estudiante del Colegio de los Sagrados Corazones de Quito, el 7 de
mayo de 1886, llevando una vida familiar de notable armonía y
felicidad. Continuó sin embargo su participación política en
clubes y mítines, donde además mejoraba sus aptitudes de orador. En
octubre de 1888, durante la presidencia del Dr. Antonio Flores Jijón,
permaneció detenido por varios días en el panóptico de Quito.
![]() |
| General Julio Andrade |
En
enero de 1889 uno de sus hijos falleció a causa de una epidemia, y
doña Elisa, su esposa, estuvo gravemente enferma con lo que Julio
Andrade describe en carta a su padre como una "fiebre cerebral",
de la que se pudo recuperar satisfactoriamente.
A
fines del mismo 1889, don Julio viajó a Francia para arreglar los
problemas de la sucesión de su suegro, el Dr. Julio Thomas. En París
tuvo la oportunidad de concurrir a varias cátedras en la Sorbona y
en el Colegio de Francia (dirigido por Renan), pero le disgustaron
las corrientes literarias de la época, tales como la poesía
decadentista o la nueva tendencia del naturalismo, al que calificó
de "asqueroso", y que estaba encabezado por Zola. Durante
su estancia en París, dedicó gran parte de su tiempo a los estudios
y solía asistir a la tribuna del Parlamento francés, donde
presenció varios debates y donde continuó mejorando sus habilidades
retóricas.
Una
vez solucionados los temas sucesorios de su familia política -los
Thomas-, , y que le habían motivado a ir a Francia, regresa en marzo
de 1891 por la vía de Panamá, deteniéndose para visitar a Alfaro y
su familia; continuó el viaje hacia Guayaquil, encontrándose en
dicho puerto con su hermano Carlos, con quien partió a Lima para
visitar a su hermano Roberto Andrade (uno de los complotados en el
magnicidio del 6 de agosto de 1875 contra el Presidente Gabriel
García Moreno), que permanecía en prisión, por pedido del
presidente Antonio Flores Jijón y por gestiones del Plenipotenciario
ecuatoriano en Perú, General Francisco Javier Salazar Arboleda (En
aquella ocasión, Roberto Andrade fue apresado por la indignación
que algunos escritos suyos provocaron en el presidente ecuatoriano,
ya que contenían afirmaciones calumniosas contra su padre, el
General Juan José Flores).
Hacia
enero de 1895 vivía en la Loma Grande de Quito y organizaba
reuniones entre personalidades liberales contra el régimen del
presidente Dr. Luis Cordero Crespo. En febrero entró en acción, se
movilizó al sur con varios guerrilleros y el 3 de marzo se enfrentó
en San Miguel a las fuerzas de Ulpiano Páez, sufriendo una derrota,
pero recompuestos por la ayuda recibida de Francisco Hipólito
Moncayo y de Emilio María Terán, así como de algunos actores
políticos conservadores. Logró entonces conformar una columna
nombrada "Vengadores de la Patria", con la que avanzó
hacia Riobamba el 18 de abril.
Julio
Andrade había recibido la designación de Coronel y vocal de la
Dirección General de Guerra y habiéndose conocido la dimisión del
Dr. Cordero, Presidente de la República, se celebró una sesión en
la que liberales y conservadores no lograron ponerse de acuerdo y las
fuerzas se disolvieron.
Pocas
semanas después viajó discretamente a Guayaquil; estuvo en la
ciudad al momento de proclamarse la revolución del 5 de junio y se
entrevistó con Eloy Alfaro, que le nombró Jefe de Estado Mayor de
la primera división que subió a la sierra. El 14 de agosto
participó en el combate de Gatazo y entró con los vencedores a
Quito. En adelante permanecerá como cercano colaborador de Alfaro.
En noviembre del 95 se desempeñó como Subsecretario del Ministerio
de Guerra y Marina, cuando resultó electo Diputado a la Convención
Nacional de 1896, en la que también participaron su hermano Roberto
y su cuñado Abelardo Moncayo.
El
16 de marzo de 1896 se ratificó su calidad de Coronel de Infantería
del Ejército y el 5 de mayo del mismo año fue nombrado Secretario
de la Legación del Ecuador al Congreso Internacional Americano que
se reuniría en México. El 18 de mayo fue designado Primer
Secretario de la Legación ecuatoriana en México y en los Estados
Unidos de Norteamérica.
Viajó
a New York y permaneció en tal ciudad practicando con persistencia
el idioma inglés entre julio y septiembre del 96. En el mismo mes de
septiembre inició su regreso a Guayaquil para asistir como Diputado
por Esmeraldas e Imbabura a la Convención Nacional; su viaje le
significó un retraso y apenas el 14 de octubre se pudo presentar a
las sesiones, mostrándose en sus intervenciones contrario a
propuestas del oficialismo; por lo tanto, no se sumó a la mayoría
oficialista e inclusive votó en blanco para la elección de
Presidente de la República.
Poco
después, apoyó la propuesta del bloque minoritario de que el
Ecuador reconociera la beligerancia de los independentistas cubanos
en su enfrentamiento contra el gobierno español. En ese contexto,
Julio Andrade apoyó la intervención del médico ibarreño Dr.
Alejandro Villamar Villalobos, pero durante su exposición oral fue
interrumpido por el Vicepresidente de la Convención, Dr. Adolfo
Páez, quien levantó la sesión. Dicho incidente, acompañado de un
fuerte cruce de palabras, motivó que Andrade le abofeteara al día
siguiente y, por un lado, provocó que renunciara la representación,
y por otro que se resuelva su expulsión de la Convención.
Finalmente todo terminó en explicaciones, en gran parte porque Eloy
Alfaro le brindaba protección, y porque su cuñado era el Presidente
de la Convención.
El
mismo Abelardo Moncayo obtuvo que se designara a Julio en el cargo de
Juez de la Quinta Sala del Tribunal de Cuentas en Quito, siendo
electo presidente del Tribunal y miembro del Consejo de Estado en
diciembre de 1897.
En
1898 la reacción conservadora agitó las guerrillas en el norte y
centro de la República y para diciembre salieron varios cuerpos
armados con destino a Latacunga. Andrade iba de primer jefe de la
Columna de Voluntarios y Flavio Alfaro de Jefe de todas las fuerzas
del gobierno. El encuentro con los conservadores de José María
Sarasti y Melchor Costales se produjo el 31 de diciembre en
Guangoloma y favoreció al gobierno. Andrade fue herido en la pierna
izquierda pero continúo en campaña, interviniendo en Guasiloma
contra José María Sarasti, Melchor Costales y Ricardo Cornejo,
donde se consolidó definitivamente el régimen liberal.
En
mayo de 1.899 fue designado Jefe de Estado Mayor de la Comandancia
del Norte con sede en Tulcán, puesto de vital importancia por la
amenaza constante de los guerrilleros conservadores del sur de
Colombia.
Durante
las elecciones presidenciales de 1901 fue partidario de Manuel
Antonio Franco primero y después apoyó al general Leonidas Plaza.
El 19 de octubre fue elevado al grado de general y el 28 obtuvo la
Comandancia General del Distrito de Cuenca, cargo también difícil
por ser esa ciudad el mayor foco de resistencia al nuevo orden
político. Pero supo granjearse el aprecio de todos haciendo un
gobierno patriarcal, pacífico y de acercamiento social con las
familias ultramontanas. Esta política fue rechazada por el Dr. José
Peralta que desde entonces fue su enemigo. 1.901 fue el año de la
división del liberalismo ecuatoriano entre alfarismo y placismo.
En
enero de 1.903 fue designado Ministro de Instrucción Pública y se
despidió de Cuenca con una hermosa proclama de corte literario. No
dejaba presos políticos en las cárceles, pero Cuenca seguía siendo
el reducto conservador de siempre y un potencial peligro para el
Liberalismo, de suerte que su paso por la Gobernación no sirvió de
nada a la revolución.
Desde
la Cartera de Educación apoyó los trabajos de la II Misión
Geodésica Francesa, la creación de la Quinta Normal de Ambato, la
formación de la Sociedad Nacional de Agricultura de Guayaquil y de
las Cámaras Agrícolas de todo el país. En enero de 1.904 fue
designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en
Colombia, para tratar de solucionar los problemas fronterizos,
conforme los deseos de nuestro canciller Miguel Valverde.
Llegado
a Bogotá, inmediatamente se dio cuenta del mal ambiente que el
Ecuador tenía en esa capital. El Ministro peruano José Santos
Chocano, poeta monumental y declamatorio, había obtenido de la
Cancillería del país del norte reiteradas muestras de aprecio;
además, el Tratado Tanco-Pardo suscrito en Lima, dejaba a Colombia
una puerta abierta hacia el Amazonas; sin embargo, Andrade logró que
dicho tratado no fuera aprobado y hasta elaboró un proyecto con el
Canciller colombiano Dr. Francisco de Paula Mateus, que al ser
presentado a los congresos de Bogotá y Quito fue rechazado. Entonces
tuvo que hacer concesiones territoriales a Colombia para que ésta
pudiera salir al Amazonas por nuestro territorio a cambio de
establecer una ayuda militar recíproca contra el Perú y firmó con
el comisionado Enrique Cortés, el Tratado Cortés-Andrade que se
conoció en Quito al mismo tiempo que los Tratados Toba-Riobranco con
el Brasil y Cornejo-Valverde con el Perú; los tres, beneficiosos en
última instancia, pues ponían fin a nuestros litigios fronterizos,
sin embargo de lo cual, eran perjudiciales porque no concordaban y
hubo que darles prelacía, prefiriéndose los suscritos con el Perú
y el Brasil antes que el de Colombia, que no se aprobó. Por esta
razón, Andrade volvió a conversar con la Cancillería colombiana y
el 5 de noviembre de 1.904 celebró el Convenio Andrade-Betancourt
con el Diplomático Julio Betancourt, por el que se sometía nuestro
problema limítrofe con Colombia al arbitraje del Emperador de
Alemania, que fue aprobado pero no entró en vigencia, porque le
faltó el canje de ratificaciones.
Nuevamente
en Quito, desde diciembre de 1.904, y retirado a la vida privada,
fundó en 1.905 la "Liga ecuatoriana de librepensadores"
para implantar el laicismo integral y meses después, el presidente
Plaza le instó a que regresara a Bogotá donde se requería su
presencia.
Con
el ascenso a la presidencia de Lizardo García, renunció, pero le
fue devuelta la nota. Para la revolución de Alfaro de enero de 1906
también renunció y nuevamente fue ratificado, de suerte que
permaneció en Colombia dedicado a obtener documentación histórica
aprovechable a nuestro país. Su hermano Roberto le pidió una copia
del proceso seguido contra los próceres quiteños de 1.809 y 1.810,
entre otros documentos.
En
1.908, fue designado como uno de los representantes del Ecuador ante
la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya; después ingresó a la
Academia Nacional de Historia de Colombia y suscribió el segundo
tratado Andrade-Betancourt, instado y perurgido por nuestra
Cancillería, pues la situación con el Perú amenazaba guerra. En
este nuevo tratado se reiteraban las anteriores concesiones
territoriales y por eso el Senado ecuatoriano no lo aprobó.
Ese
año recibió la "Legión de Honor de Francia" por su ayuda
a la Misión Geodésica y volvió a renunciar; mas, el presidente
Alfaro, lo consideraba peligroso y quiso retenerlo fuera de Quito
porque estaba alejado de su Ministro Abelardo Moncayo, cuñado de
Andrade y acusado falsamente de haberse querido proclamar dictador.
Durante
las fiestas del centenario de la Independencia recibió reiteradas
muestras de simpatía en Colombia y para el conflicto de 1.910, pidió
que se le permitiera participar en combate. En noviembre fue electo
Ministro en Venezuela y viajó a Caracas en enero de 1.911 a firmar
el protocolo de la "Unión Boliviana" con los
representantes de Colombia, Perú y Venezuela. Poco después, asistió
al I Congreso Boliviano celebrado en esa misma capital, que resultó
intrascendente y regresó a Quito después de seis años de vida
diplomática.
Ya
Alfaro había sido depuesto. Estrada había gobernado un corto lapso
y era Presidente interino Carlos Freile Zaldumbide. Su llegada
coincidió con la de Leonidas Plaza que venía en plan de candidato
presidencial, y de inmediato se apoderó de la voluntad de los
ministros, a pesar de la imposibilidad legal de intervenir en las
elecciones, pues no habían transcurrido dos períodos desde su
última presidencia.
Así
las cosas, el 29 de diciembre de 1911, se proclamó en Guayaquil la
Jefatura Suprema del general Pedro J. Montero quien llamó a Alfaro
que se encontraba en Panamá. Freile Zaldumbide nombró Jefe del
Ejército a Plaza y días después confirió la Jefatura de Estado
Mayor a Andrade, iniciándose la campaña el 11 de enero de 1.912. A
continuación, ocurrió el triunfo de los Constitucionales,
comandados por Andrade, en Huigra, rubricado en Naranjito y Yaguachi,
donde las fuerzas de Flavio Alfaro resistieron ferozmente pero
tuvieron que replegarse por falta de municiones a Guayaquil.
El
22 de enero se firmaron las capitulaciones en Durán con asistencia
de los representantes consulares extranjeros. Plaza y Andrade
entraron en Guayaquil, se apresó a Eloy Alfaro y sus tenientes, y se
los remitió a Quito, donde serían asesinados el 28 de enero. De
este hecho se sindicó directamente a los Ministros del régimen, que
habían viajado a Guayaquil para, supuestamente, controlar la
situación política.
En
Quito flotaban tres candidaturas presidenciales. Plaza por los
liberales, Andrade por los independientes y Carlos R. Tobar por los
conservadores. El encargado Carlos Freile Zaldumbide, queriendo
librarse de la presión que ejercía Plaza en su gabinete, convocó a
una sesión y los enfrentó. Andrade cometió el error político de
decirle a Plaza "mientras yo viva, no será usted presidente del
Ecuador" y ante esta actitud amenazante, Plaza no tuvo más que
retirarse a su casa y dar comienzo al cuartelazo, que estalló la
noche siguiente del 5 de marzo, en circunstancias en que el Encargado
del poder, sus ministros y Andrade se hallaban reunidos en el Palacio
de Gobierno, de donde pasaron, por motivos de seguridad, a la
Intendencia de Policía y al escuchar los primeros disparos en el
antiguo cuartel de Policía referido, Andrade salió a ver qué
pasaba y fue asesinado de un tiro en el corazón, disparado por el
mayor Alfredo García, agazapado en las sombras y vestido de civil,
sin que Andrade tuviera tiempo de defenderse.
En
el momento de la precipitada huida, el presidente Freile Zaldumbide y
sus ministros movieron un grande y pesado armario que escondía una
puerta de acceso a la habitación contigua. Se refiere que con tal
mala suerte, que el pesado mueble habría caído sobre el cuerpo del
General Andrade. En realidad, las versiones más calificadas
coinciden en que el armario golpeó en su caída contra un escritorio
de la habitación, formando un espacio libre debajo del cual yacía
el cadáver del ilustre General.
Momentos
después, Plaza concurría a la Intendencia y observaba el cadáver
de su enemigo político. Esa misma noche, el encargado Freile
Zaldumbide se enteró que Plaza había mandado a buscar a su casa a
altas horas de la noche, al presidente de los diputados, Francisco
Andrade-Marín , quien asumió entre gallos y media noche la
presidencia de la República y las bandas tocaron música en la plaza
de la Independencia, con grave escándalo para la ciudad, que estaba
de luto.
Al
día siguiente, la viuda del general Andrade rechazó las honras
oficiales en protesta por su asesinato. El Dr. Tobar renunció
airadamente su candidatura y con el ex-encargado Freile Zaldumbide
abandonaron el país, perfeccionándose el golpe de estado; Del
sumario instaurado, sólo se obtuvo un mayor escándalo. Realizadas
las elecciones presidenciales, triunfó la candidatura de Plaza sin
mayor oposición y asumió la Presidencia por segunda ocasión hasta
1.916.
Julio
Andrade era "todo espiritualidad y talento", gentil con las
damas y arrogante con los hombres, hablaba Francés e Inglés y
conocía los clásicos, pero lo mejor de él era su alma melancólica
y a la vez apasionada y sentimental. En lo físico poseía una "tez
blanca rosada aunque algo marchita por el sol de las campañas;
rubicundo y ondeado el cabello, de aspecto atlético y gallardo por
lo bien conformado de su cuerpo".
Su
biografía ha sido escrita por el Dr. Carlos de la Torres Reyes y se
titula "La Espada sin Mancha".
El
presente texto es de autoría de Diego Villamar Dávila, que se
enorgullece de ser pariente del Gral. Julio Andrade, y reconoce los
enormes méritos de su vocación política, diplomática, académica
y militar, a pesar de no comulgar con algunos aspectos puntuales de
su ideología.
La
bisabuela de Diego Villamar, Doña Guillermina Andrade Tapia es
sobrina del insigne General.
Recientemente
(año 2009), aparecieron varios manuscritos originales de puño y
letra de Julio Andrade, en el domicilio de Pilar Villamar Andrade,
sobrina-nieta del General y tía-abuela del autor de este blog. Los
manuscritos son cartas personales, que tratan sobre temas familiares,
dirigidas a Don Manuel Andrade, tatarabuelo del autor del blog.
El
5 de Marzo
(Por
Alfredo Pareja Diezcanseco; publicado en Historia del Ecuador;
SALVAT; Tomo 7; pág. 39 -43)
"El
general Leonidas Plaza volvió de Manabí y fue entusiastamente
recibido en la capital. Aparecía como el único candidato a la
presidencia de la República con posibilidades ciertas de triunfo:
continuaba ejerciendo el comando superior del Ejército, que era la
fuerza decisiva, y contaba con el apoyo de muchos civiles.
Se
creía que el gobierno estaba de acuerdo en la nueva elección. Más,
a los pocos días de la llegada de Plaza, si hubo algún convenio
anterior, claramente se vio que había terminado por razones que no
se han hecho públicas.
Lo
cierto es que apareció la candidatura de Carlos R. Tobar, que los
conservadores tuvieron el acierto de mantener: Tobar fue un hombre
ilustre, de bien ganado prestigio, y era entonces ministro de
Relaciones Exteriores.
En
cuanto aparecieron las firmas que le postulaban, se advirtió que el
conservadorismo estaba en la empresa, por más que Tobar lanzó un
manifiesto declarándose liberal.
¿Era,
otra vez, la fórmula progresista, el encanto aparente de un justo
medio inclinado a la derecha la que buscaba el triunfo? Porque
numerosos liberales, de los que se llamaban de centro, se unieron a
los conservadores para esta campaña política.
Poco
a poco se advirtió con claridad que Freile Zaldumbide y la mayoría
del gabinete, bajo la dirección del ministro de lo Interior, Octavio
Díaz, se habían decidido por Tobar. El general Plaza contaba con el
ministro de Guerra, Navarro, y el de Hacienda, J. Federico Intriago.
Era
Plaza un candidato poderoso, que acusaría a Freile Zaldumbide y a
los suyos de haberse entregado en manos de los conservadores.
Y
he aquí que, cuando el gobierno se convenció de que el triunfo de
Tobar tornábase cada vez más difícil, sobre todo por la voluntad
del Ejército, llamó en su auxilio al General Julio Andrade. Surgió
un nuevo candidato a la presidencia de la República.
Se
desconocen los documentos respecto al convenio que Freile Zaldumbide
pudo haber celebrado con Andrade. Probablemente no existan. Asegúrase
que Tobar resolvió retirarse de la lucha política en favor del
nuevo candidato, pero no se publicó renuncia alguna, acaso porque
los acontecimientos se precipitaron con violencia.
La
verdad es que la hostilidad de Freile Zaldumbide y su sector contra
Plaza no fue ya un secreto. Andrade, Jefe de Estado Mayor, fue
presentado candidato para contrarrestar la influencia militar de
Plaza.
Si
la renuncia de Tobar no fue cierta, es probable que Andrade cayera en
el lazo de la intriga política, en parte conservadora.
La
candidatura de este oficial aparecía, sin duda, como la conciliación
de lo disperso y el apaciguamiento de las pasiones. Acaso hubiera
sido un presidente capaz de procurar el remanso del odio, el reparo
al encono.
Seguramente,
por lo menos, no se hubiera producido la sangrienta revolución de
Esmeraldas contra Plaza, como se verá más adelante.
Era
Andrade hombre de serena comprensión de las realidades; había sido
jefe de misión diplomática, ministro de Instrucción Pública del
general Leonidas Plaza y poseía una civilizada concepción de la
vida política. Y no contaba con la oposición del sector alfarista
del liberalismo, sino, posiblemente, todo lo contrario, con sus
simpatías.
Recordemos
que Alfaro parece haber querido, en un momento, que la guerra civil
se solucionara con la jefatura suprema de Andrade. Todo eso es
cierto, pero el apoyo que a su nombre dieron algunos conservadores
desconcertaría a los militares radicales, puesto que poco después
siguieron a Plaza y no a él. Y ocurrió que la crisis política se
agravó. Hablábase de conspiración militar en favor de Plaza.
El
general Andrade había renunciado, al ser presentado como candidato,
a la jefatura del Estado Mayor. El 5 de marzo hubo una entrevista del
encargado del poder, sus ministros, Plaza y Andrade. Fue una escena
violenta: Andrade increpó a Plaza y le pidió que renunciara a la
jefatura del Ejército, puesto que aspiraba a la presidencia de la
República.
La
cuestión fue que pidieron al ministro de Guerra el cambio de algunos
oficiales, a lo que Navarro se negó. Según Freile Zaldumbide y
Andrade, esos oficiales tramaban el alzamiento placista. A Navarro se
le pidió la renuncia, pero rehusó presentarla, exigiendo la
destitución. Hízolo así Freile Zaldumbide, mas intercedió Andrade
y, como iba a ser nombrado ministro de Guerra, arregló la situación
aceptando la cartera de Instrucción Pública y permaneciendo Navarro
en su cargo.
Pero
aquello no arregló nada. La guerra a muerte estaba ya declarada. Los
cambios de oficiales no se hicieron. Por la noche, la agitación
pública había crecido. Un clima de grave tensión vivía la
capital. Empezaron las manifestaciones públicas en favor del general
Plaza y otras de Tobar y el gobierno. La gente se acercaba
peligrosamente a los cuarteles.
Según
versión oficial, aquella noche debía sublevarse en favor de Plaza
la guarnición, especialmente el regimiento de Artillería "Bolívar".
Fue
una noche de zozobra. De pronto, el general Navarro, que había
aceptado por la tarde la proposición conciliatoria de Andrade, envió
su renuncia. También renunció el ministro de Hacienda, Intriago.
Eran ministros placistas y Navarro se hallaba en el cuartel de
Artillería "Bolívar", donde permaneció aún después de
despachada su dimisión. Andrade se hizo cargo entonces del
Ministerio de Guerra. Todo el gobierno se trasladó al cuartel de
policía, en cuya lealtad abrigaba confianza.
Pasadas
las once de la noche, y mientras Andrade tomaba precauciones para el
combate que se aproximaba, una manifestación pública, al grito de:
"¡Viva Plaza y mueran los conservadores!", se acercó al
cuartel de policía. Dentro del mismo cuartel empezó el motín. Los
civiles y algunos soldados contrarios al gobierno entraron a
fraternizar con los sublevados. Al escuchar los gritos y disparos al
aire, Julio Andrade empuñó un fusil y pretendió salir de la
habitación, en la que se hallaba en compañía del encargado del
Poder Ejecutivo y otros funcionarios y amigos: no bien abrió la
puerta y pasó medio cuerpo, recibió un certero balazo en el pecho.
A los pocos minutos, murió.
Freile
Zaldumbide y los otros huyeron, apartando un armario que ocultaba una
puerta trasera y dejándolo caer, en la precipitación de la fuga,
sobre el cuerpo del general Andrade.
Y
con esto, se acabó el gobierno de Freile Zaldumbide. El general
Leonidas Plaza telegrafió a Guayaquil proponiendo la proclamación
de una jefatura suprema, sin indicar en favor de quién. Es natural
suponer, por la lógica de los acontecimientos, que el Jefe Supremo
de la República sería el general Plaza. Pero el Jefe de Zona del
Puerto, general Delfín Treviño, y sus oficiales se negaron
rotundamente: pidieron que se siguiera el orden constitucional.
Desconocido,
pues, Freile Zaldumbide por la guranición militar de Quito, se hizo
cargo del poder, por mandato de la ley, el presidente de la Cámara
de Diputados, Francisco Andrade Marín, quien convocó las elecciones
y gobernó desde el 6 de marzo hasta el 31 de agosto.
En
esas elecciones, y con el apoyo del Ejército, triunfó con facilidad
el general Leonidas Plaza. Asumió la presidencia de la República,
por segunda vez, el 1 de septiembre de 1912."


No hay comentarios:
Publicar un comentario
ESCRIBELO, PERO ESCRIBELO PENSANDO