La noche del 9 al 10 de noviembre de
1989, puso fin al periodo de división que dominó Alemania durante
más de 28 años. Sin duda, éste fue un acontecimiento histórico
que tuvo repercusión a escala internacional. Ahora, 20 años
después, Alemania, Europa y el mundo entero vuelven su mirada atrás
para mirar hacia el futuro.
La barrera que separó a
Berlín comenzó a ser construida en 1961, tras el número creciente
de alemanes orientales que huía hacia el occidente, el muro se
extendía por 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlín en
dos y 115 kilómetros que separaban a la parte occidental de la
ciudad del territorio de la RDA. Fue uno de los símbolos más
conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania.
A pesar de la permanente
vigilancia armada, miles intentaron huir a oeste, algunos por medios
de gran imaginación y alcanzaron el éxito, otros con intentos más
desesperados que pagaron con su vida. Los archivos diplomáticos de
Francia muestran que París y Londres, dirigidos entonces por
Francois Mitterrand y Margaret Thatcher, eran hostiles a la caída
del Muro de Berlín y al surgimiento de una Alemania reunificada.
El miembro del Politburó
del SED Günter Schabowski anunció en una conferencia de prensa,
retransmitida en directo por la televisión de Alemania Oriental, que
todas las restricciones habían sido retiradas y decenas de miles de
personas fueron inmediatamente al muro, donde los guardas fronterizos
abrieron los puntos de acceso permitiendo el paso. Schabowski acabó
la conferencia de prensa a las 18.57 del 9 de noviembre.
Gracias a los anuncios de
las radios y televisiones de la RFA y Berlín Oeste bajo el título
"¡El Muro está abierto!", muchos miles de berlineses del
Este se presentaron en los puestos de control y exigieron pasar al
otro lado.
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