Compañeros
remito el presente para su conocimiento y para que nuestra voz no
quede en el silencio:
El día
30 de septiembre, vivimos una de las peores experiencias respecto del
sistema democrático en el que se desarrolla el estado ecuatoriano,
cuando en la mañana un grupo de mal llamados “caballeros de la
paz”, dejaron de servir al pueblo y empezaron a servir a sus
intereses, y lo que sería peor aún, a los intereses de oscuros
grupos económicos y políticos que buscan desestabilizar al legítimo
gobierno del presidente Rafael Correa.
Nosotros
como asambleístas que, junto con otros funcionarios, concurrimos en
horas de la mañana a desempeñar nuestras labores habituales, en el
edificio de la Asamblea Nacional, no nos imaginamos la terrible
situación que viviríamos tan solo horas después.
Aproximadamente
a las 09h00, nos informaron que el personal de la Escolta Legislativa
se había sublevado ante el poder legítimamente constituido, al
mismo tiempo observábamos en la televisión como algunos de los
malos elementos policiales, faltaban al respeto, de manera infame al
Presidente de la República.
Luego
de ello, decidimos averiguar por nuestra propia cuenta, que es lo que
sucedía, así que nos trasladamos al patio número uno de la
Asamblea Nacional, y nos encontramos con la desagradable sorpresa de
que la Escolta Legislativa había tomado las puertas del Edificio, y
no permitía el ingreso de nadie, eso es lo que creíamos, puesto que
a vista y paciencia de la Policía Nacional, asambleístas de otras
bancadas, entre ellos de Sociedad Patriótica, entraban y salían a
placer de las instalaciones; mientras que a asambleístas como Paco
Velasco, María Paula Romo, Rosana Alvarado y mi persona, eramos
agredidos verbalmente por la policía.
Al
enterarnos que algunos de nuestros compañeros querían ingresar al
edificio, inmediatamente nos dirigimos al patio dos de la Asamblea
Nacional, para respaldarlos; cuando la asambleísta Mary Verduga,
intentó trepar la barda que protege las instalaciones de la
Asamblea, la Policía en una actitud prepotente y nefanda,
empujó a la mencionada asambleísta, al intentar ayudarla fui
agredido directamente por la escolta legislativa recibiendo golpes e
incluso gas pimienta en mi rostro, utilizando de esa manera, las
herramientas entregadas a ellos para el cuidado de la ciudadanía.
La
asambleísta María Sol Peñafiel al intentar ingresar fue golpeada
por la policía y cayó, tuvimos que cargarla al interior del
edificio debido a sus heridas, ya que, al mismo tiempo la escolta
disparaba bombas de gas en contra de los presentes.
En
ese mismo instante el asambleísta Pedro de la Cruz era agredido
físicamente por la escolta, así como, otros funcionarios que se
encontraban a nuestro alrededor e intentaban defendernos,
argumentando nuestra condición de dignidades electas por el pueblo,
a lo que la escolta respondía: “ellos ya mismo se van, no son
nada” y preparaban las escopetas para lanzarnos gas lacrimógeno
Tras
estos abusos y para evitar mayores incidentes decidimos replegarnos
temporalmente a los interiores del edificio; salimos nuevamente
cuando escuchamos sirenas de policía que se acercaban, en ese
momento, pudimos ver como un camión con alrededor de treinta mal
llamados policías, ingresaba a las instalaciones de la Asamblea
Nacional; tras ello, periodistas de teleamazonas que intentaban
cubrir la noticia fueron cobardemente agredidos e insultados por la
Escolta Legislativa, inclusive, sacaron a empujones y golpes a dos
periodistas que se encontraban al interior del edificio.
En
ese instante algunos de los funcionarios salieron a evitar estos
atropellos y fueron recibidos con bombas lacrimógenas por parte de
la Policía Nacional que había llegado al lugar; los miembros de la
policía dirigían improperios e insultos a los funcionarios,
lanzaban tierra y gas pimienta a todo aquel que se acercaba a
dialogar con ellos.
Vistas
estas circunstancias, decidimos ingresar definitivamente al edificio,
fue cuando el Coronel Tapia, Jefe de la Escolta Legislativa,
mencionaba que pretendía proteger a los funcionarios de la Asamblea
Nacional, sin embargo, decía que se sumaba a la lucha de sus
colegas.
Nos
vimos atrapados (secuestrados) en el edificio por alrededor de cuatro
horas; preocupados por la situación que vivía el país y el
secuestro del Presidente Correa, decidimos ir a respaldarlo, por lo
que, tuvimos que escapar por los bajos del edificio y salir por la
calle Yaguachi, gritando “democracia si dictadura no”.
Ante
el abuso de la fuerza pública y los atropellos vividos por los
asambleístas de Movimiento País, denuncio públicamente el
secuestro y agresiones que vivimos y exijo a la Presidencia de la
Asamblea Nacional el cambio inmediato de la Escolta Legislativa, así
como, que se inicie las acciones legales penales pertinentes en
contra de los delincuentes, llamados policías, que participaron el
día 30 de septiembre en las arbitrariedades denunciadas.
Más
aun cuando estos, incumplieron su obligación constitucional y legal
de servir y proteger al pueblo, desconociendo su deber y su actuación
de obediencia y no beligerancia, actuando voluntariamente y en contra
del estado constitucional de derecho que vivimos.
Atentamente.
Carlos
Velasco Enríquez
Asambleísta
por El Carchi
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